CONSEJOS PARA CONSEGUIR REDUCIR EL TIEMPO DE PANTALLA EN LOS NIÑOS
En un mundo donde las pantallas están en todas partes, reducir su uso en los niños sin generar conflictos puede parecer una misión imposible. Sin embargo, establecer límites saludables no significa prohibirlas por completo, sino encontrar un equilibrio que permita a los pequeños disfrutar de una infancia activa y creativa. Para lograrlo, es importante ofrecer alternativas atractivas, crear hábitos desde pequeños y, sobre todo, predicar con el ejemplo.
En lugar de eliminar las pantallas de golpe, es recomendable establecer reglas claras y realistas. La Organización Mundial de la Salud sugiere evitar pantallas en niños menores de dos años y limitar su uso a un máximo de una hora diaria en niños de entre dos y cinco años. Crear un horario en el que el tiempo frente a dispositivos esté definido ayuda a que los niños comprendan cuándo pueden usarlos y cuándo es momento de hacer otras actividades. Es clave que las pantallas nunca reemplacen momentos esenciales como el juego al aire libre, la comida en familia o la lectura antes de dormir. De hecho, se recomienda evitar la exposición a pantallas al menos una hora antes de acostarse, ya que la luz azul puede afectar la calidad del sueño.
Uno de los errores más comunes es decirle a un niño que apague la televisión o la tablet sin ofrecerle otra alternativa. Si no tienen algo más interesante que hacer, es normal que insistan en seguir con la pantalla. Por eso, es fundamental presentar opciones atractivas que realmente les motiven. Juguetes que fomenten el movimiento, como bicicletas, correpasillos y coches eléctricos, son perfectos para que se diviertan mientras desarrollan habilidades motoras. También es importante fomentar el juego simbólico, animándolos a inventar historias, construir fortalezas o jugar a ser conductores. Cuando el juego real es más emocionante que la pantalla, la transición es mucho más sencilla.
El ejemplo de los adultos juega un papel fundamental. Si los niños ven que sus padres están constantemente con el móvil en la mano, les resultará difícil entender por qué ellos deben reducir su tiempo de pantalla. Es importante hacer un uso consciente de la tecnología, evitando revisar el teléfono mientras se habla con ellos o apagando la televisión cuando no se está viendo. También es recomendable crear zonas libres de pantallas en casa, como la mesa durante las comidas o la habitación antes de dormir, para que los niños asocien estos espacios con momentos de conexión real y no digital.
Convertir la desconexión en un reto divertido puede hacer que el proceso sea más fácil y motivador. Probar un día sin pantallas a la semana y llenarlo de actividades al aire libre, organizar un desafío de lectura o proponer un reto de movimiento, como cuántas vueltas pueden dar en su bicicleta antes de la cena, son ideas que ayudan a cambiar la rutina sin que los niños sientan que están perdiendo algo.
En definitiva, reducir el tiempo de pantalla sin peleas es posible si se establecen límites claros, se ofrecen alternativas atractivas y los adultos predican con el ejemplo. Los niños necesitan moverse, explorar y jugar. Con un poco de paciencia y creatividad, podemos ayudarles a descubrir que la diversión real está fuera de la pantalla.