PLANES PARA DISFRUTAR AL MÁXIMO DE LA SEMANA SANTA CON PEQUES
La Semana Santa no solo es sinónimo de procesiones y vacaciones escolares. También es una oportunidad para frenar, reconectar con los niños y compartir momentos sencillos pero memorables. Aunque no se trate de organizar grandes viajes, estos días ofrecen el contexto perfecto para hacer planes distintos, con ese aire especial que solo tiene esta época del año.
Aquí te dejamos algunas ideas pensadas para disfrutar con peques en casa o cerca de ella, y sin complicaciones:
1. Tarde de cocina con sabor tradicional: torrijas, leche frita o monas de Pascua
Cocinar en familia es un plan perfecto para estos días. Las torrijas son fáciles, deliciosas y permiten implicar a los niños en cada paso: remojar el pan, batir huevos, espolvorear azúcar y canela… El aroma que queda en casa es casi tan bueno como el resultado. También puedes probar recetas como la leche frita o preparar juntos monas de Pascua decoradas.
2. Talleres creativos en casa
Las vacaciones son perfectas para activar la imaginación: pintar, hacer manualidades con materiales reciclados, cocinar galletas o preparar una “obra de teatro” en el salón. Lo importante no es el resultado, sino el rato compartido, el caos bonito y las risas que se quedan.
3. Búsqueda de huevos de Pascua
Aunque no sea una tradición muy nuestra, cada vez más familias incorporan la búsqueda de huevos de Pascua como actividad divertida. Puedes esconder huevos decorados o pequeños dulces por la casa o el jardín, y preparar pistas sencillas o dibujadas para que los niños los encuentren. ¡Ideal para una mañana de vacaciones!
4. Visitas a mercadillos
Muchas localidades organizan ferias, mercados medievales o mercadillos artesanales durante estas fechas. Aunque no sean actividades pensadas solo para niños, recorrerlos con ellos puede ser una forma diferente de descubrir sabores, oficios y tradiciones.
5. Tiempos lentos, momentos reales
Las vacaciones no tienen que estar llenas de planes para ser memorables. Un desayuno largo, una conversación sin prisa, una siesta compartida o una tarde de sofá y cuentos también son parte de la magia. A veces, lo más valioso es simplemente estar presentes y disponibles.
En definitiva, esta época del año nos invita a bajar el ritmo y a reconectar desde lo sencillo. Y si hay niños cerca, cualquier excusa se convierte en una fiesta. Porque no se trata de hacer mucho, sino de hacerlo juntos.